Mauricio: En el capitulo 15 del libro de Lucas, Jesús deja claro que su enfoque está en las personas perdidas y trabajar en esa misión es nuestra meta. Cuando pierdes algo, pones un foco especial en lo perdido, no es que no te importe lo que tienes, pero emocionalmente no puedes desconectarte de eso perdido.
Es el enfoque de Dios, por eso Jesús lo explicó con tres parábolas.
La iglesia debe tener un enfoque hacia los perdidos y equipar intencionalmente a los de adentros en esa misión. Debemos ser ese hijo mayor compasivo con su hermano perdido y tener el mismo compromiso de ese Padre amoroso. En otras palabras… “Si uno de afuera dice: ¡Dios auxilio! …nosotros deberíamos correr y colgarnos del cuello de esa persona perdida que necesita a Dios y no juzgarlo ni ponerle trabas, debemos actuar como lo hizo ese Padre en la famosa parábola de Jesús”.